El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), con el acompañamiento técnico de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), realizó el lanzamiento oficial de la actualización de la “Guía conceptual y metodológica: Agricultura familiar sensible a la nutrición para prevenir la malnutrición de la población guatemalteca”, un instrumento estratégico orientado a fortalecer los territorios rurales y mejorar la nutrición de las familias.

El acto protocolario contó con la participación de Mario Alberto Gaitán, viceministro de Seguridad Alimentaria y Nutricional; Rafael Zavala, representante residente de la FAO en Guatemala; y Cindy Pérez, directora de Cooperación Externa de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN), quienes resaltaron la importancia de la guía para articular la producción de alimentos con una nutrición adecuada y sostenible.

La actualización es resultado del trabajo técnico conjunto MAGA–FAO y el objetivo es fortalecer la producción y el consumo de alimentos saludables, promover dietas equilibradas en los hogares rurales y dinamizar los sistemas productivos orientados al autoconsumo y al desarrollo local sostenible.

El documento reconoce a la agricultura familiar como un pilar de la seguridad alimentaria y nutricional del país, al vincular la producción agrícola con el acceso, la disponibilidad y el consumo de alimentos locales, frescos y culturalmente adecuados. Entre los impactos esperados destacan la diversificación de la dieta, el acceso a alimentos nutritivos y el fortalecimiento de la economía rural, con énfasis en el empoderamiento de mujeres y jóvenes.

La guía orienta las acciones del MAGA mediante siete líneas estratégicas, entre ellas: la disponibilidad de proteína animal, con énfasis en el patrimonio aviar familiar; la producción diversificada de hortalizas y plantas nativas mediante huertos familiares y bancos de semillas; el aumento de la productividad de granos básicos con buenas prácticas agrícolas; el fortalecimiento de capacidades en postcosecha y conservación de alimentos; la instalación de infraestructura para la cosecha de agua de lluvia o riego; y el desarrollo de capacidades para el encadenamiento productivo, así como el acceso a servicios, crédito y mercados.

Como parte del lanzamiento, se desarrolló el panel “Transformando territorios: agricultura sensible a la nutrición en práctica”, en donde se compartieron experiencias de implementación. También, destacó el testimonio de Blanca González, agricultora y representante de las productoras del huerto comunitario de San Andrés Itzapa, Chimaltenango, quien resaltó cómo estas acciones fortalecen la organización comunitaria, mejoran la alimentación de sus familias y generan oportunidades económicas para las mujeres (VA).