En una reciente jornada de capacitación en la aldea Buena Vista, Rabinal, Baja Verapaz, 30 mujeres fueron instruidas acerca de la importancia de la agricultura familiar, como pilar fundamental de la seguridad alimentaria y nutricional.
Aunque todas ellas practican la agricultura familiar, se les explicó la importancia de mantener y fortalecer dicha práctica por los múltiples beneficios que ofrece, en especial, por el acceso y disponibilidad de alimentos frescos y variados.
Durante la sesión, se resaltó cómo la producción de alimentos en el hogar permite mejorar la nutrición familiar, reduciendo la dependencia de productos procesados y fomentando hábitos más saludables desde la siembra.
Como parte del proceso formativo, el técnico del Departamento de Agricultura Urbana (DAU), en conjunto con la profesional del programa Hogar Rural del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), guiaron a las participantes en la creación de huertos verticales.
Estos fueron construidos con material reciclable y jumbos, demostrando que es posible cultivar en espacios reducidos. Se hicieron siembras de cilantro y cebolla, seleccionados por su valor nutricional y facilidad de manejo.
Qué son los huertos verticales
Son una forma de cultivo que aprovecha el espacio en dirección vertical (hacia arriba), en lugar de extenderse horizontalmente sobre el suelo. Son ideales para lugares con espacio limitado, como patios pequeños, terrazas, balcones o incluso interiores.
Se pueden construir usando estructuras como estanterías, pallets, jumbos, botellas plásticas, tubos de PVC u otros materiales reciclables. Las plantas se colocan en niveles o filas escalonadas, permitiendo cultivar varias especies en un mismo espacio reducido. Son ideales para sembrar hortalizas, hierbas aromáticas, flores y plantas medicinales.
Entre sus beneficios podemos mencionar, el ahorro de espacio, aprovechamiento de materiales reciclados, facilidad de mantenimiento, acceso a alimentos frescos y naturales estética y bienestar.
Este tipo de iniciativas no solo fortalecen la autosuficiencia alimentaria, sino que también revalorizan el rol de la mujer rural en la producción de alimentos y la promoción de una nutrición saludable, porque el pueblo digno es primero (VA/ea).
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