El perulero es otra verdura cuyo cultivo es tradicional en Guatemala, especialmente en las regiones montañosas y áreas con clima templado. Esta planta pertenece a la familia de las cucurbitáceas, al igual que el güisquil, y se caracteriza por su color, amarillo claro por fuera y blanco por dentro.
Requiere de suelos bien drenados y ricos en materia orgánica. Le favorece la humedad abundante y las lluvias moderadas que predominan en el altiplano guatemalteco. Se cultiva en sistemas de enredaderas, con las cuales se optimiza su desarrollo y facilita la recolección de los frutos.
En el ámbito gastronómico, el perulero es valorado por su sabor delicado y su versatilidad en la cocina. Se puede utilizar en sopas, guisos o simplemente hervido como acompañamiento. Además, tiene un bajo costo de producción, lo que lo hace accesible para pequeños agricultores y consumidores locales.
A pesar de ser un cultivo tradicional, su producción enfrenta a desafíos como la competencia con otros productos más comercializados y las cambiantes condiciones climáticas, lo que exige implementar prácticas agrícolas sostenibles para preservar su siembra en Guatemala (JB/ea).
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