Detrás de cada mirada, cada movimiento y cada gesto de cariño que nos brinda una mascota, hay una vida que siente y depende completamente de quien la cuida. Por eso, las mascotas no son regalos, son una responsabilidad que dura toda la vida.

Ellas requieren cuidados constantes, atención diaria y un compromiso real de parte de quienes deciden integrarlas a su hogar. Adoptar o recibir un animal implica asumir deberes que no pueden abandonarse con el tiempo.

Durante las fiestas, especialmente en Navidad, muchos animales son entregados sin una decisión consciente y, meses después, terminan en situación de abandono.

Entre los motivos, o excusas, más comunes se encuentran: crecen demasiado, no hay espacio suficiente, ladran mucho o que causan alergias. Estos son aspectos que se pueden prever, cuando se analiza qué significa tener una mascota.

Las decisiones a la ligera, sin comprender de forma amplia lo que implica tener una mascota, generan sufrimiento y maltrato en los animales, lo cual contribuye al aumento de la sobrepoblación de animales desprotegidos.

Desde la Unidad de Bienestar Animal (UBA) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), le recordamos algo esencial: un animal no es un objeto, es una vida que merece respeto.

Tener una mascota exige tiempo, paciencia y dedicación. Cuidarla significa garantizar su bienestar y nunca abandonarla. Una mascota no es un juguete; es un ser vivo que merece amor, compromiso y responsabilidad (YL/ea).