Un método de conservación que prolonga la vida útil de frutas, verduras y carnes, entre otros productos, sin necesidad de refrigeración es la deshidratación de alimentos. Este proceso ha sido utilizado durante siglos. Consiste en eliminar el agua de los alimentos y sigue siendo una de las mejores formas de preservarlos de manera natural.
Al reducir la humedad se evita la proliferación de bacterias, mohos y levaduras. Ello permite almacenar alimentos por meses, incluso años, sin que se descompongan. Además, mantiene las vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales en frutas y verduras, así como potencia los sabores naturales haciendo que los alimentos tengan un gusto más intenso.
Entre los alimentos que se pueden deshidratar tenemos:
• Frutas: mango, plátano, piña, fresas, manzana.
• Verduras: tomate, zanahoria, chile, espinaca.
• Hierbas y especias: perejil, orégano, albahaca.
• Carnes: cecina y carne seca.
• Lácteos: quesos rallados o en polvo.
El proceso ni implica utilizar aditivos químicos y se puede hacer construyendo un deshidratador de forma artesanal o bien, adquirir uno profesional. Los alimentos deshidratados pesan menos y ocupan menos espacio, por lo que son ideales para almacenamiento en casa o transporte en viajes y excursiones.
La deshidratación de alimentos es una excelente alternativa para conservar los alimentos de forma natural, económica y eficiente, antes de que se echen a perder. De esta forma se aprovecha mejor la producción agrícola y se reduce la pérdida de alimentos (JG/ea).
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